domingo, 30 de julio de 2017

AMAZON "CIERRA" LOS CENTROS COMERCIALES

El crecimiento de las compras 'online' ha colisionado frontalmente con la 'burbuja' de precios que se había desatado en los alquileres de las grandes superficies comerciales en EEUU. La reciente adquisición de la minorista Whole Foods por el 'gigante' de Jeff Bezos -que por instantes ha sido el hombre más rico del mundo- ha desatado el 'pánico' en bolsa entre los 'REITs' americanos.
El problema de que Amazon se haya convertido en una amenaza real para el comercio minorista va mucho más allá del simple cierre de algunas tiendas. Podría cambiar, incluso, la fisionomia de las ciudades estadounidenses en las que muchos barrios se han construido alrededor de grandes superficies comerciales, los denominados mall estadounidenses. Ahora bien, pensar que la compra de Whole Foods por parte del gigante propiedad de Jeff Bezos ha sido el detonante es alejarse demasiado de un proceso que ya era una realidad en EEUU, aunque sí justifica que desde el pasado 16 de junio -momento en el que se hizo pública la operación por valor de 14.000 millones de dólares- hayan saltado las alarmas y muchos medios yankees hablan ya del apocalipsis del retail.
Los REIT (concepto semejante a la socimi en España) dedicados a la gestión de centros comerciales sufren pérdidas en bolsa del 14 por ciento, de media, en el año. Grandes del comercio minorista como Simon Property o GGP se dejan un 9 y 6 por ciento, respectivamente, aunque en muchos de ellos, de tamaño mediano, las caídas superan el 30 por ciento, también afectados por las subidas de tipos que elevan su coste financiero (ver gráfico). La recuperación económica que en EEUU está mucho más avanzada que en Europa ha derivado en los últimos años en una proliferación de centros comerciales. Hasta ahí, el sistema funcionaba si no hubiera sido por la entrada como elefante por cacharrería de Amazon. Hoy, esas mismas tiendas a pie de calle se han visto obligadas a actualizarse y renovar su imagen por cuenta de sus propietarios, los REIT, que han repercutido el coste en una subida de los alquileres. Y la caída de las ventas -debido al comercio eléctrico- sumado a un aumento de las rentas provoca, sencillamente, cierres en masa. "Más de una docena de cadenas minoristas están en concurso de acreedores este año debido al aumento del e-commerce. Incluso, las compañías más saneadas (almacenes como Macy's, JC Penney o Sears o cadenas de distribución como Wal-Mart) están cerrando tiendas en muchos lugares", dice el bróker americano Cushman & Wakefield que, en declaraciones a Bloomberg, eleva hasta 13.000 el número de comercios que cerrará sus puertas en 2018, el triple que en 2016. Y no es el único que lo piensa. Citi cifra en más de 6.000 las tiendas que han echado el candado en lo que va de 2017 y no se recuerda una cifra tan alta desde el estallido de la crisis en 2008.
Entonces, ¿llevará Amazon a la quiebra a todos los centros comerciales? No. Sencillamente, cerrarán los peores -localizaciones más alejadas y menores ingresos-, pero la clase prime sobrevivirá. Es lo que aseguran desde Barclays que hablan de centros comerciales cotizando, en promedio, con un descuento del 25 por ciento sobre su NAV (valor neto de los activos).

Los consumidores se quedan en casa

En la era Amazon los centros comerciales tienen dos opciones: renovarse o morir. Hay una tendencia reinante en EEUU acerca de que los malls deben reconvertirse en lugares de ocio, porque las compras ya se hacen desde casa. Y es solo el inicio de la historia. Los expertos de Crédit Suisse lanzaron en el mes de mayo un informe demoledor para los minoristas americanos, en el que hablaban de que, en el plazo máximo de una década, un 40 por ciento de las compras en EEUU se harían por Internet, con una caída del ROI (retorno de la inversión) importante para los REIT, que terminarán teniendo un solo inquilino en sus macroespacios comerciales. Esto es, en definitiva, lo que estaría buscando Amazon. Tal es la disrupción que se espera del gigante de la distribución online que muchos gestores españoles reconocen abiertamente que, a la hora de seleccionar una compañía, miran, además de sus cuentas y sus expectativas, si está en la esfera de influencia de Amazon. Aunque puede que no sea tan malo todo como lo pintan.
"Claramente, la firma estadounidense ha elegido comprar en lugar de construir y lo ha hecho a través de una cadena de alimentación con tiendas muy bien ubicadas", analizan desde Citi, quienes no creen que Bezos se haya gastado 14.000 millones de dólares "solo para cerrar sus tiendas". El futuro pasa, sugieren, por comprar desde el ordenador todo lo que se quiera y recogerlo en almacenes que tendrán un solo propietario.

QUIEN GANA CON EL FIN DEL PAGO EN DINERO EFECTIVO

El pago electrónico empieza a ser cada vez más real. De hecho, los analistas creen que se va a incrementar en los próximos años, ofreciendo así oportunidades en firmas insospechadas.
Desde que el patrón oro claudicara tras la Segunda Guerra Mundial y que, en 1971, el presidente de Estados Unidos, Richard Nixon, diese carpetazo al sistema monetario post Breton Woods, al abandonar la convertibilidad del dólar en oro, el papel moneda ha disfrutado de casi medio siglo de reinado. Su aceptación por todos los establecimientos comerciales, unido a su capacidad para abonar el pago de impuestos, no han hecho sino reafirmar su importancia, aunque en los últimos tiempos son cada vez más los nubarrones que se ciernen sobre él.
Además del avance de las criptodivisas como el bitcoin, cada vez ganan más fuerza las voces que claman por la desmonetización o la retirada del dinero en efectivo en circulación. Justo en este año cuando, precisamente, se cumple el 50 aniversario de la instalación del primer cajero automático en el mundo y 40 años desde que se hiciese lo propio en España, el dinero en efectivo podría ver peligrar su existencia.
A finales del año pasado, en la India se retiraron los billetes de 500 y 1.000 rupias -equivalentes a 7 y 14 euros-, que suponían el 86 por ciento del dinero en circulación, el BCE anunció que retirará los billetes de 500 euros progresivamente y destacados académicos como el profesor de la Universidad de Harvard, Kenneth Rogoff, abogan por eliminar, o bien el dinero en efectivo en su totalidad, o, al menos, aquellos billetes de mayor denominación.
El motivo, explican, es que el dinero en efectivo no deja huella y que, especialmente en aquellos casos en los de billetes de mayor denominación, es usado para realizar actividades ilícitas como narcotráfico o contrabando de armas al margen del control de las autoridades. Además, los defensores de la desmonetización también argumentan que el dinero en efectivo permite sortear el control del fisco y ser un foco de evasión fiscal. De hecho, Rogoff cifra en 700.000 millones de dólares el dinero que deja de ingresar el Tesoro estadounidense cada año como consecuencia de la evasión fiscal.
En su lugar, los partidarios de la retirada del dinero en circulación abogan por dar mayor relevancia a las transacciones realizadas mediante sustitutivos monetarios, como puede ser el pago a través de cheques o mediante transferencias bancarias.
Las empresas más beneficiadas

Sea como sea, cada vez más analistas afirman que el efectivo está siendo remplazado por los pagos electrónicos. Kames Capital así lo cree y pone como ejemplo a Escandinavia, "donde se están planteando acabar definitivamente con el papel moneda", aseguran. E igual opina David Dudding, uno de los profesionales de Columbia Threadneedle con más experiencia: "La gente va a seguir con ese trasvase de efectivo a pago electrónico y Visa y Mastercard, por ejemplo, parten con ventaja al estar invirtiendo muy bien en nuevas tecnologías".
De hecho, desde esta última gestora esperan que ambas firmas dupliquen su precio en bolsa en los próximos cinco años, aunque vayan a tener más competencia. "La mayoría de la gente que usa el pago con teléfonos móviles lo hace a través de estas empresas, que se benefician de las compras por Internet y con smartphones, que cada vez son más abundantes", afirma Dudding.
En este sentido, para Ryan Smith, responsable de análisis ESG en Kames y cogestor del fondo Kames Global Sustainable Equity, este cambio hacia un mundo sin efectivo ofrece atractivas oportunidades de inversión fuera de Visa y Mastercard. El gestor identifica algunos de los valores que más se están beneficiando de esta tendencia, entre los que se encuentran Vantiv, Tencent o incluso Alphabet.
La primera de ellas, que cotiza en EEUU, "está expuesta a toda la cadena de valor de los pagos electrónicos", afirma Smith. Sus servicios abarcan todo el proceso de las transacciones, desde que se usa la tarjeta para pagar en una tienda hasta la comunicación con el banco. La china Tencent, por su parte, posee la segunda red de pagos en línea más grande del país, TenPay. Por último, destaca Alphabet, cuyo servicio de pagos entre usuarios (P2P), Google Wallet, permite enviar o recibir dinero desde el móvil o el ordenador sin ningún coste.

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