Alemania y España fueron las impulsoras del crecimiento económico de la Unión Europea en 2014. El Producto Interior Bruto (PIB) de la zona euro avanzó un 0,3% en el cuarto trimestre y un 0,9% en términos interanuales, por encima de las previsiones. Fueron las economías alemana y española, que crecieron un 0,7%, las que salvaron a Europa del estancamiento.
Mientras a nivel continental son los países que ahora tiran del carro, las relaciones comerciales entre la primera y la cuarta economía de Europa han flaqueado en la crisis, pero se mantienen en vías de recuperación.
Berlín vende, Europa compra
Alemania es el segundo socio comercial de España, después de Francia, y nuestro principal suministrador. España ocupa el undécimo lugar en la lista de clientes de las exportaciones alemanas. Según los últimos datos de la Oficina Federal de Estadística (Destatis), entre enero y noviembre del año pasado España adquirió productos alemanes por un valor de más de 32.000 millones de euros.
De hecho, en 2014 Alemania batió su récord de exportaciones, con un aumento global del 3,7% y unas ventas de 1,134 billones de euros que supusieron un excedente comercial sin precedentes. Los principales compradores de productos alemanes son los países de la UE, China y Estados Unidos. Alemania mejoró su competitividad en los últimos diez años con políticas explícitas de reducción de costes y contención de salarios. Unas medidas que han fortalecido sus exportaciones, pero han motivado críticas, pues la locomotora de Europa depende demasiado de cómo les va a sus clientes.
En España, en el último año las importaciones han crecido sustancialmente por encima de las exportaciones de mercancías, lo cual deterioró el déficit comercial. La cuota de los productos españoles en el total de las importaciones alemanas se sitúa en el 3%. En sentido inverso, la cuota de los productos alemanes en las importaciones españolas supera el 12%, con tendencia ascendiente.
Comercio industrial
Por sectores, los artículos alemanes que más se venden en España pertenecen mayoritariamente a la industria. Se compran sobre todo productos químicos, componentes de automóviles, bienes de equipo, automóviles y motos, y maquinaria industrial. Estos mismos sectores constituyen casi las tres cuartas partes de la exportación española a Alemania, lo que revela el carácter eminentemente intraindustrial del comercio bilateral.
Las principales partidas de la exportación española fueron también automóviles y motos y sus componentes (aproximadamente el 27% del total), seguidos por bienes de equipo y semimanufacturas. También se vendieron productos químicos, material de transporte y maquinaria para la industria.
El sector de la alimentación merece un capítulo aparte. Un 20% del total de frutas y legumbres que España vendió en el exterior en 2014 lo compró Alemania. Los productos alimentarios que nosotros compramos a los alemanes no llegaron al 8%. La exportación de frutas y hortalizas es una de las mejores bazas de España. Hay que tener en cuenta que el 91 por ciento de estos productos se consumen en la UE, donde en 2014 se compraron 10 millones de toneladas que supusieron para nuestro país unos ingresos que rozaron los 9.000 millones de euros.
Futuro de relaciones estrechas
En los últimos tiempos se ha mejorado el grado de cobertura bilateral para España, que llegó a estar por debajo del 50% en 2008 y terminó 2014 en torno al 80%. En 2014, probablemente debido a la recuperación de tasas positivas en el crecimiento de España, las importaciones españolas crecieron más porcentualmente que las exportaciones (la exportación española, hasta noviembre de 2014, había crecido el 4,6% y la importación un 13,3%).
Según las previsiones del Gobierno, la compra de productos españoles por parte de Alemania tardará algún tiempo en recuperar el nivel precrisis. Por el contrario la exportación seguirá creciendo y mejorará el grado de cobertura, aunque no será positivo debido al elevado déficit en la cuenta de rentas.
A corto plazo, los flujos de inversión pueden resentirse de la crisis internacional, las dificultades del sector financiero y la falta general de confianza, pero la Secretaría de Estado de Comercio prevé que "a largo plazo la inversión bilateral entre Alemania y España seguirá aumentando".
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