martes, 22 de marzo de 2016

LONDRES NEW YORK EN TRES HORAS CON EL NUEVO CONCORDE

Una startup de Denver, en Estados Unidos, ha rescatado del olvido el único avión supersónico para uso civil, y planea lanzar un modelo similar al Concorde, tan rápido como para cubrir la ruta entre Londres y Nueva York en 3 horas y 24 minutos.
Boom, que así es como se llama la empresa, desvelará esta semana el diseño final de un avión con 40 plazas que podría volar a una velocidad máxima de 2.335 kilómetros por hora. O lo que es lo mismo, a 2,2 veces la velocidad del sonido.
Los desarrolladores de este aparato tienen claro, sin embargo, que el nuevo avión no puede ser un producto de lujo, como lo era el viejo Concorde que con tanto ahínco desarrollaron Francia y Reino Unido. Por eso todos los costes se han medido al milímetro con una meta: que el precio de ida y vuelta ronde los 5.000 dólares, más o menos lo que cuesta ahora cruzar el Atlántico en clase business.
La compañía está encabezada por Blake Scholl, un personaje bastante alejado del perfil al que está acostumbrada la industria aeronáutica, informático con experiencia en Amazon y piloto aficionado, a cuyas órdenes están otras 11 personas que sí pertenecen al complejo mundo de la aviación y que proceden de casi todas las grandes empresas del sector: Pratt & Whitney, NASA, Lockheed Martin y Northrop Grumman.

Fibra en vez de aluminio

Para obrar el milagro, los ingenieros que han diseñado el nuevo aparato han utilizado un compuesto plástico basado en fibra de carbono en lugar del clásico aluminio, que además de ser más ligero permite, paradójicamente, superar Mach 2. Y es que a esa velocidad la fricción del aire calienta tanto el metal que el aluminio se hace más maleable y comienzan los problemas estructurales.
Conforme a su diseño y a todas las simulaciones hechas hasta la fecha, el modelo de Boom será un 30% más eficiente en el uso del combustible que el Concorde -de ahí el bajo precio de los billetes-, y además será mucho más silencioso (el avión francobritánico tuvo problemas en Estados Unidos precisamente por su sonoridad).
La experiencia de vuelo será más parecida a la de una nave espacial, o a la de un misil balístico, que a viajar en un avión. Porque para reducir el tiempo de viaje la aeronave de Boom escalará a 60.000 pies (18.000 metros) y podrá así viajar 2,6 veces más rápido que los aviones convencionales. A esa altura, los viajeros podrán disfrutar cómodamente de las vistas de la curvatura de nuestro planeta desde sus asientos, dispuestos en dos columnas de dos asientos cada una, separadas por el pasillo.
Las rutas del avión de Boom podrían ser más de 500, según sus creadores, que sugieren un vuelo de Los Ángeles a Sydney en seis horas, o de San Francisco a Tokio en sólo cinco.
Boom reconoce que de momento están sólo en la fase de diseño y que hasta el próximo año no volará un primer prototipo, pero asegura que el interés de las aerolíneas es gigantesco. Scholl señala así que una aerolínea con sede en Reino Unido, pero que no quiere nombrar, ya ha enviado ha firmado un preacuerdo para comprar aviones supersónicos por un valor total de 2.000 millones de dólares.

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