El éxito es difícilmente mesurable, ya que para cada persona significa una cosa diferente. Pero en la sociedad actual, y concretamente en el mundo de los negocios, casi todos estamos de acuerdo en reconocer el éxito de unos y el fracaso de otros, ya que, cada vez más, compartimos la manera de entenderlo.
En lo que prácticamente todos seguro que estamos de acuerdo es en que controlar las emociones, mantener la calma y tener inteligencia emocional es clave para lograr ese éxito tan codiciado.
Travis Bradberry, cofundador de la empresa Talentsmart, que ofrece servicios para mejorar la inteligencia emocional, ha compartido los diez comportamientos que , según él, siempre evitan las personas exitosas.
Decir sí cuando quieren decir no. A pesar de que a veces cuesta decir que no, suele ser conveniente enfrentarse a esa dificultad para poder seguir el camino que queremos y lograr nuestros objetivos.
Ser rencorosos. El rencor que guardamos dentro no hace más que hacernos daño a nosotros mismos, produciéndonos estrés, mal humor y frustración, por lo que las personas exitosas aprenden a no ser rencorosas.
Rodearse de gente negativa. De la misma manera que un entorno positivo creará un clima positivo y será más fácil obtener los resultados que buscamos, un entorno negativo lo complicará todo.
Centrarse en los problemas. Poner nuestra atención solamente en los problemas hará que nos invada la negatividad, mientras centrarse en las oportunidades siempre nos acercará más al éxito.
Vivir en el pasado. Las personas con éxito tratan de aprovechar cada oportunidad y no pierden el tiempo en lamentarse de los errores cometidos. Lo único que hay que hacer con ellos es aprender para que no se repitan.
Marcarse como objetivo la perfección. Ya que ser perfecto es imposible, tampoco merece la pena ponerse dicho objetivo. Además, puede convertirse en un problema por la insatisfacción que nos producirá.
Morir en la lucha. Bradberry asegura que el perfil de persona exitosa sabe elegir qué batallas deben ser disputadas y cuáles no, de forma que se evita perder el control y los nervios.
Dar otra oportunidad a quien no la merece. En algunas ocasiones, aunque sea complicado, se debe mirar las cosas con perspectiva y saber ser firme en las decisiones por el bien de la empresa.
Permitir que se limite su alegría. Se debe pensar en las cualidades de uno mismo y no sufrir en la comparación con otras personas, de modo que la alegría y la felicidad residan en uno mismo y no decaiga el autoestima.
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