La agresiva estrategia de Amazon
Sir Harold Evans sentía admiración por Jeff Bezos. Llegó incluso a reconocerlo en su libro sobre la historia de las innovaciones americanas, donde el periodista y antiguo editor de Random House aseguró que el consejero delegado de Amazon era un empresario brillante que había conseguido «democratizar las compras» al crear su propia librería online.
No obstante, parece que Sir Harold está bastante molesto con la última iniciativa de Bezos de dar un giro a la venta de libros online; de hecho, le ha invitado a «rectificar y a recuperar su anterior estrategia». Y Sir Harold no es el único. Amazon ha despertado las alarmas de cientos de autores y del mundo editorial al recurrir a algunas de las prácticas más agresivas de la historia del sector, que coinciden con las negociaciones con Hachette, la cuarta mayor editorial del mundo por cuota de mercado.
El grupo de comercio electrónico, que vende dos de cada cinco libros en EEUU, quiere que se rebajen los precios de los ebooks. Y, para presionar a la editorial francesa a que cumpla sus deseos, ha retrasado la entrega de algunos títulos y bloqueado la compra de otros tantos. La cuestión es quién ganará la batalla de la venta de libros en la era digital: Amazon, con su empeño en mantener la lealtad de los clientes a toda costa, o las editoriales, a veces rezagadas, pero que cuentan con el respaldo de muchos autores.
Presión
La agresiva estrategia de Amazon hace pensar que el grupo podría presionar para obtener condiciones aún más beneficiosas, lo que supondría el fin de algunas librerías y editoriales rivales. Esto, a su vez, perjudicaría a los consumidores, que verían reducidas las opciones disponibles.
Los detractores de Amazon aseguran que la disputa también pone de manifiesto el deseo del grupo de demostrar su dominio: dos décadas después de sacar a la venta su primer libro, y siete años después de convertirse en pionero del negocio del libro electrónico, no se descarta que el grupo prepare su asalto a las editoriales.
La batalla comenzó durante las negociaciones sobre las condiciones con las que Amazon vende libros de Hachette. Amazon exige que todos los ebooks se vendan a un precio de 9,99 dólares, dado que el ebook tiene menores costes de producción y distribución.
Las tensiones salieron a la luz en mayo, cuando libros de autores de Hachette como JK Rowling dejaron de estar disponibles en la web de Amazon, que argumenta que bajar los precios atraería a los compradores, lo que fomentaría la lectura y también beneficiaría a los autores.
No obstante, los argumentos de Amazon no convencen a las editoriales, que creen que el grupo olvida que rebajando el precio del libro electrónico se reducirían las ventas de las ediciones impresas.
Aunque eso beneficiaría a Amazon, que controla dos terceras partes de las ventas de ebooks en EEUU, perjudicaría a editoriales y autores, ya que la mayor parte de sus ingresos provienen del libro impreso.
Algunos temen que el próximo paso de Amazon sea aumentar su cuota del precio de venta por encima del 30% que ya intenta conseguir. «Son delirios de grandeza», asegura un autor que prefiere mantenerse en el anonimato. «Lo que nosotros tememos es que el sector editorial se acabe desintegrando», añade.
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