Tener la oportunidad de ver "Messi", el documental sobre Lionel Messi recientemente estrenado en Chile, debut que en España se produjo hace casi un año. El filme es un pequeño bálsamo que se agradece, considerando que su estreno coincide con el derrumbe mediático y organizacional del ente rector del deporte más popular del mundo.
Es una película que trata bastante bien al jugador, aunque se da tiempo para relatar, a grandes pinceladas, el marcado cuestionamiento sobre su figura en la selección argentina y los problemas tributarios que enfrentó hace algunos años ante las autoridades españolas.
Me encuentro en el cine en que se realiza la avant premier del documental, dirigido por Alex de la Iglesia. Entre biscochos, jugos, café y flashes de fotógrafos que apuntan a personajes de la industria televisiva, y a pocos minutos de entrar a ver el documental, pienso que de la Iglesia no está para hacer alguna película de relaciones públicas, correctamente institucional, tipo "United Passions", bodrio fílmico sobre la biografía de la FIFA y el relevante y magnífico papel salvador que jugaron en el desarrollo del organismo el incombustible Joao Havelange (actualmente de ¡99 años!), junto al nunca bien ponderado -y recién renunciado- Joseph Blatter, dirigentes que interpretados por Sam Neill y Tim Roth, respectivamente.
Tal como Lionel en la cancha, "Messi" es un filme ágil, construido en gran medida a través de relatos de personas que han conocido al astro argentino en diversas facetas de su vida y que se reúnen en las mesas de un restaurante para conversar en un tono alegre, emotivo y coloquial. Hablan de sus experiencias y anécdotas sobre quien ya es considerado entre los cinco mejores futbolistas de la historia.
Así conocemos en la mesa de los anónimos a sus amigos de infancia, en su natal y popular barrio de Rosario; también a los jugadores de renombre internacional que juegan con Messi en el Barcelona, como Javier Mascherano, Andrés Iniesta o Gerard Piqué; a los profesores de su escuela en Rosario o al médico que trató su problema de falta de crecimiento cuando niño, adversidad clave que terminó transformándose en el gran acicate que gatilla su salida de Argentina en busca de un equipo que pudiera cubrir los elevados costos de un tratamiento que estimulara su crecimiento, opción que no encontraría entre los equipos de fútbol de su país, todos golpeados en el 2000 por los problemas que más tarde desembocaron en el quiebre político y económico del 2001/2002.
Hay un sinnúmero de personas que sostienen el relato y están justificados dentro del documental, salvo la extraña participación de Jorge Valdano en el filme –quizás el único personaje que no entendí muy bien por qué aparece-, entrevistando –y siempre atento a algún grado de protagonismo- al hasta ahora mayor emblema viviente del Barcelona, Johan Cruyff, sobre los diversos aspectos del juego de Messi, quien ya se proyecta como su sucesor en el trono de personaje central de la historia del equipo culé. Si el Real Madrid tiene a Di Estefano, el Barcelona tendrá que tener su figura proveniente del sur del mundo.
Se suman las recreaciones que resaltan el papel de la abuela en el desarrollo del jugador argentino; la tenacidad de su padre en las negociaciones para que el Barcelona lo considerara; el apoyo y esfuerzo de su madre por mantener a la familia unida, pese a la separación geográfica. Todos elementos que le dan gran atractivo al relato y que permiten ir descubriendo, a grandes rasgos, la tímida y tenaz personalidad del jugador de 1,70. Y, obviamente, las mejores jugadas y patadas que ha debido comerse el argentino en las distintas canchas que le tocó recorrer en su infancia, adolescencia y adultez.
Es una película que trata bastante bien al jugador, aunque se da tiempo para relatar, a grandes pinceladas, el marcado cuestionamiento sobre su figura en la selección argentina y los problemas tributarios que enfrentó hace algunos años ante las autoridades españolas.
Muy recomendable, independientemente de que tanto le atraiga o no a usted la figura de Messi, y quien tendrá una nueva oportunidad de protagonismo en la selección argentina en la próxima Copa América, ese protagonismo que tanto se extrañó en el último Mundial.
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