Una curiosa batalla se libra últimamente en el mercado ferroviario norteamericano, que enfrenta a dos de las mayores fortunas del planeta: Gates contra Buffett. El fundador de Microsoft es el principal accionista (el 13%) de Canadian National (CN), mientras que el guru de las finanzas es el dueño de Burlington Northern Santa Fe (BNSF).
Jugando con ellas como si Norteamérica fuese una gigantesca maqueta, los dos magnates concentran más de la mitad de la longitud total de la red ferroviaria principal: 84.000 de los 153.000 kilómetros.
Atendiendo a su valor en bolsa, Bill Gates ha ganado este peculiar enfrentamiento, y sus acciones han subido un 31% en los últimos doce meses. Ahora se cambian ahora cerca de los 80 dólares, cuando hace justamente un año apenas cotizaban a 50.
Esto ha permitido que la capitalización bursátil de CN roce los 60 millones de dólares estadounidenses y ha convertido a la compañía en la cuarta mayor empresa del mercado de valores canadiense.
Gates multiplica por diez
Si miramos al porfolio de Gates, que entró en la compañía en 2.000, el valor de su inversión se ha multiplicado por diez en el último año gracias al extraordinario comportamiento de CN.
BNSF, que es propiedad al 100% de Buffett, no está en su mejor año y pese a que está invirtiendo más de 5.000 millones de dólares en mejoras de la infraestructura, parece incapaz de acabar con los retrasos causados por una demanda mejor aún de lo esperado.
Pese a que los analistas tienen claro que comparando ambas apuestas CN es la clara ganadora, BNSF está muy lejos de ser un negocio ruinoso. Desde que fue comprada por Buffett, le ha reportado 14.000 millones de dólares a su matriz, la conocida Berkshire Hathaway.
La mejora de la economía estadounidense, el peso creciente de las importaciones de productos manufacturados y -sobre todo- la explosión del negocio de transporte del petróleo de esquistos bituminosos parecen apuntar a que la guerra de trenes entre Gates y Buffett no ha hecho sino comenzar.
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