sábado, 13 de septiembre de 2014

PATRICA BOTIN ENTRE LAS TRES MUJERES MAS PODEROSAS



Sólo dos de los cien mayores bancos están dirigidos por féminas, el Santander y el sueco SEB.
La nueva presidente del Santander, Ana Patricia Botín, se convirtió esta semana en una de las tres mujeres más influyentes del mundo financiero. Su nombramiento como  máximo responsable del mayor banco de la zona euro le permite ascender al podio, que completan la presidenta de la Reserva Federal, Yanet Yellen, y la directora general del FMI, Christine Lagarde.
Hasta el miércoles, la española era una de las cincuenta mujeres más influyentes del planeta, según algunas de las listas más prestigiosas, como la realizada por Fortune, pero su elección como primera ejecutiva del grupo cántabro tras el fallecimiento de su padre, le han llevado a escalar puestos hasta ocupar uno del top 3.
Sus decisiones y sus proyectos serán claves no sólo para el desarrollo del sistema financiero español o europeo, sino también internacional. El banco está presente en una veintena de país, en los que en nueve su presencia es más que destacada, como Brasil, México o Reino Unido.
Sus opiniones y sus mensajes, a partir de ahora, se tendrán muy en cuenta entre las autoridades políticas y entre los reguladores de casi todo el mundo, al igual que ocurría con Emilio Botín.
La nueva presidente del Santander se moverá, como lo venía haciendo hasta ahora, en un mundo dominado por los hombres, donde las mujeres apenas cuentan con una mínima cuota de poder. De los principales supervisores bancarios del planeta, sólo uno está liderado por una fémina, el de Estados Unidos.

Reguladores

El sillón presidencial de la Reserva Federal está ocupado, desde el pasado enero por Yanet Yellen. Y en todo el mundo sólo en otros seis países aparece una mujer como máximo responsable. Son los de Bielorrusia, Nadezhda A. Ermakova; Botswana, Linah Kelebogile Mohohlo; Israel, Karnit Flug; Sudáfrica, Gill Marcus; Rusia, Elvira Nabiullina; y Bahamas, Wendy Craig.
Una corta lista si se tiene en cuenta que hay más de 175 bancos centrales. Menos larga es, incluso, la de organismos internacionales con influencia financiera. Tan sólo el FMI cuenta con una mujer en lo más alto de la cúpula desde mediados de 2011, en uno de los momentos más álgidos de la crisis.
A ella se le atribuye esta frase: "Las mujeres como líderes son más eficientes que los hombres porque proyectan menos libido y menos testosterona". Toda una declaración para la polémica, pero alentadora para que el sexo femenino empiece a copar los elevados puestos de responsabilidad.
Desde su atalaya en el FMI, Christine Lagarde puede instar a los organismos internacionales y las empresas privadas a que comiencen a llenar sus filas de mujeres, desde abajo hasta la cúspide. La igualdad como eje de las políticas y como símbolo para la transformación de la economía y la sociedad.
El BCE, por ejemplo, presidido por un hombre, el italiano Mario Draghi, pretende que el 35 por ciento de sus mandos intermedios sean directivas en 2019, y el 28 por ciento de la alta dirección sean mujeres. Unos objetivos que parecen factibles por el periodo de tiempo tan dilatado y que en la actualidad los porcentajes alcanzan el 17 y 14 por ciento, respectivamente.
Otra cosa es el consejo de gobierno que adopta las decisiones importantes, como las medidas extraordinarias adaptadas recientemente para impulsar la economía o la estrategia sobre los tipos de interés en la zona euro. Sobre esta materia, nada de nada. Y eso que en la actualidad todos sus miembros son varones.
Ana Botín ha entrado esta semana en el selecto grupo de mujeres con más poder en el mundo y con la mayor influencia en banca. Las riendas de los grandes bancos están presididos por hombres. Su dominio en el sector es claro.

Bancos en femenino

Sólo en los cien mayores grupos financieros se encuentra a otra fémina, la primera ejecutiva del principal banco sueco. Se trata de Anika Flakengren, que gestiona un conglomerado con casi 300.000 millones en activos. Ocupa el puesto 67 del ranking por tamaño, según los datos a cierre de 2013. El Santander se sitúa en el escalón 18 por este parámetro, incluyendo a chinos.
Hay otros dos ejemplos de entidades dirigidas por mujeres. Uno de ellos en España y también controlado por la familia Botín: Bankinter. María Dolores Dancausa lleva las riendas de esta entidad desde finales de 2010. El otro caso se da en India, donde el segundo grupo privado del sector, Icici, está gestionado por Chanda Kochhar.
Pese a haber entrado en este club tan restringido por ahora, Ana Botín no comparte la idea de Christine Lagarde. Cree que los méritos se consiguen con trabajo, esfuerzo y talento, con independencia del género y de la procedencia de cada uno. En este sentido, durante 2002 y 2010 abogó por que le denominaran presidente y no presidenta de Banesto y, durante su paso por Reino Unido, luchó para que se le considerase "Chairman" de Santander UK y no "Chairwoman".
Ana Botín ha defendido siempre sus esfuerzos para llegar donde ha llegado. En una entrevista realizada en 2004, cuando era presidente de Banesto, declaró: "Yo empecé desde abajo, a mí nadie me ha regalado nada". Su carrera profesional comenzó en 1981 en JP Morgan. Seis años después inició sus pasos en el Santander.
A partir de ahora nada será igual. Está al frente de un coloso financiero y la figura de su padre le hará sombra. Al menos, en un principio. Los desafíos son muchos, pero llega en el inicio de una recuperación de la economía que, según su progenitor, será imparable por lenta que sea. A corto plazo, sus retos serán la recuperación de las filiales de Brasil y España, además de la expansión por Estados Unidos.


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