La plata cayó hoy hasta su nivel más bajo desde julio de 2010, en la zona de 17,6 libras y acumula un descenso superior al 63% desde los máximos de 2011. El oro llegó a cotizar en la sesión a menos de un 0,5% de sus mínimos del año en la zona de 1.200 dólares.
El estallido de la crisis económica creó el caldo de cultivo propicio para la vuelta de la fiebre de los metales preciosos. El oro fue uno de los activos que más se revalorizaron entre 2008 y 2013. Hoy, a las puertas del último trimestre de 2014, la recuperación ya es una realidad, al menos en Estados Unidos y Reino Unido, los dos principales actores en el mundo de materias primas junto con China. La paulatina normalización de la economía llevará a sus bancos centrales a empezar a restringir su política monetaria en 2015, lo que supone uno de los principales vectores de debilidad para los metales preciosos.
Luchar contra la fortaleza del dólar es un intento estéril. La divisa estadounidense volvió a marcar hoy máximos desde julio de 2013 frente al euro y la plata cayó a mínimos de cuatro años. El oro, vivió una sesión de elevada volatilidad en la que alternó caídas con subidas. En definitiva, dudas para el metal, que llegó a cotizar a un 0,5% de sus mínimos del año.
"El oro va a seguir cayendo", advierte Javier Santacruz, investigador asociado a la Universidad de Essex. "Tres son los principales motivos de esta debilidad: la proximidad de la subida de tipos de interés en EEUU y Reino Unido, la debilidad de las expectativas de inflación y la cantidad de papel que no está respaldado por oro físico". Por una parte, los metales preciosos han sido siempre un depósito de valor ante el avance de los precios, situación inexistente hoy con una eurozona más cerca de la deflación que de la inflación galopante. Al mismo tiempo, la proliferación de derivados financieros sobre los metales, como futuros o fondos cotizados (ETF), provoca que muchos inversores duden del respaldo de estos activos y sean prudentes en sus compras.
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