Las cuatro, que ya operan en Brasil, fueron las únicas que manifestaron interés en las concesiones para ofrecer telefonía móvil de cuarta generación, con el respectivo acceso a internet en alta velocidad, en la banda de frecuencia de 700 megahercios (MHz), actualmente usada por operadoras de televisión que permanecen en el sistema analógico y deben transferirse al digital.
Las operadoras que actualmente ofrecen 4G en Brasil utilizan la banda de frecuencia de 2,5 gigahercios (GHz), subastada en 2012 y que tiene una cobertura menor.
Entre las inscritas figuran las tres mayores operadoras de telefonía móvil en Brasil, que son, en ese orden, Telefónica, subsidiaria de la española Telefónica en Brasil; TIM, subsidiaria de Telecom Italia, y Claro, subsidiaria de la mexicana América Móvil, del multimillonario Carlos Slim.
Las tres ya ofrecen telefonía 4G en Brasil y aspiran a las nuevas licencias para elevar su cobertura y reducir costos, ya que, en la frecuencia de 700 megahercios, es posible alcanzar una mayor distancia de señal con menos antenas.
La única de las cuatro grandes operadoras de telefonía móvil de Brasil que se abstuvo de presentar ofertas fue el grupo brasileño Oi, mayor operador de telefonía fija de Brasil y cuyo endeudamiento saltó significativamente en los últimos meses por el proceso para fusionarse con Portugal Telecom.
Oi alegó en un comunicado que, como las operaciones en la nueva frecuencia sólo comenzarán en 2019, prefiere "mantener su estrategia de inversión en proyectos estructurales de red que atiendan los objetivos de mejoría del nivel de calidad y aumento de cobertura y capacidad de la red móvil y en la expansión de la banda ancha y la televisión por suscripción".
Los sobres con el valor de la oferta financiera de cada una de las interesadas por las diferentes licencias serán abiertos el 30 de septiembre, según la Agencia Nacional de Telecomunicaciones (Anatel, regulador).
Las vencedoras serán las empresas que ofrezcan el mayor precio por cada una de las licencias.
Tres de las licencias conceden derechos para ofrecer el servicio en todo el territorio nacional y otras tres en áreas de menor cobertura: una que solo excluye algunos municipios de los estados de Paraná, Minas Gerais, Goiás y Sao Paulo, y dos últimas en áreas pequeñas actualmente atendidas por las operadoras CTBC y Sercomtel.
Las empresas que se adjudiquen los derechos para operar en todo el país tendrán que ofrecer en la subasta propuestas superiores a 1.920 millones de reales (unos 834,8 millones de dólares) por cada concesión.
Los vencedores de la subasta también tendrán que pagar en conjunto otros 3.600 millones de reales (unos 1.565,2 millones de dólares) para financiar las operaciones necesarias para liberar una banda de frecuencia actualmente usada por la televisión analógica.
Igualmente, según la Anatel, tendrán que desembolsar cerca de 500 millones de reales (unos 217,4 millones de dólares) para atender metas de cobertura de 4G que no fueron alcanzadas en la subasta anterior.
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